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Arquitectos: XStudio
- Área: 130 m²
- Año: 2023
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Fotografías:David Rodríguez
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Proveedores: FARO Barcelona, Casa, El Corte Inglés, Ikea, Láminas, YLD Lighting, Zara Home
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Arenales es un barrio céntrico de Las Palmas de Gran Canaria en el que predomina la presencia de antiguas casas terreras. Tras décadas de degradación, claramente marcada por ser epicentro de la prostitución y el tráfico de drogas de la ciudad, el barrio está experimentando una transformación progresiva, impulsada por la compra de viviendas por parte de promotores particulares, lo que supone una oportunidad para recuperar el carácter identitario del lugar.
House M es uno de estos ejemplos de conservación del “patrimonio colectivo”, ese que no está protegido pero cuyo principal valor reside en la conservación de la memoria histórica del barrio, dejando testigo de su contexto histórico y cultural.
Una antigua edificación en esquina, en avanzado estado de deterioro, se recupera y amplía para vivir y trabajar. En la planta baja, que albergó en su día un bar, se ubica ahora un taller de cerámica que contribuirá a la dinamización social del barrio. En la planta primera estará la vivienda de la propietaria del taller.
La intervención apuesta por una arquitectura cercana, honesta, “hecha a mano”, que pretende responder con su discurso a las condiciones del lugar, asumiendo a su vez la limitación presupuestaria como un elemento más del contexto, que invita además a fasear la intervención.
La preexistencia se sanea y se acondiciona mediante un ejercicio de mínimos, sentando las bases de un proceso regenerativo que se deberá prolongar en el tiempo. Se respeta el aspecto crudo e imperfecto de muchos paramentos, conservando la huella del periodo en el que la casa estuvo inhabitada. En el taller se habilitan las dependencias necesarias para su uso, manteniendo pavimentos, y cartelerías originales del antiguo bar, incorporando como capa añadida el trazado de las nuevas instalaciones.
El edificio completa su volumen aparente mediante la inserción de un esqueleto metálico que se deja a la vista, apoyado sobre los muros de carga de la preexistencia, y un gran pórtico central que se reconstruye a partir del refuerzo de los pilares existentes. Este nuevo cuerpo se manifiesta exteriormente como una carcasa de hormigón áspero, imperfecto, vertido en pequeñas tongadas y encofrado con carpetos, que asume su apariencia como consecuencia natural de los condicionantes del proyecto.
Interiormente, los añadidos son ligeros, a fin de minimizar las cargas sobre la obra original. La estructura vista de perfiles metálicos y forjados de chapa colaborante se completa con el uso de termoarcilla en tabiquerías y cerramientos, recurso poco habitual en Canarias, pero elegido por su capacidad para generar un paisaje interior vinculado con la nueva actividad del edificio (cerámica) y por su peso, considerablemente menor que el bloque de hormigón vibrado empleado normalmente.
Estas operaciones dan forma a un pabellón de gran altura destinado al uso de las actividades públicas de la vivienda, al que se accede por medio de una escalera colgada y que funciona como pieza de transición entre la calle y las dependencias más privadas.
La inserción de un patio en la esquina sureste de la pieza garantiza la correcta iluminación y ventilación cruzada, completando la formalización de esta obra con vocación de epigénesis, como el barrio en el que habita.